Provocadora, excitante, cercana, intuitiva, abierta y alegre, así debería ser la política municipal en estos momentos; Sin embargo nos aburren, con comisiones, consejos y plenos, que nos hacen dudar a los ciudadanos, si se realizan con motivo de debatir, estudiar, plantear y conseguir soluciones, o tan solo se realizan para justificar la asistencia de nuestros representantes, y su consiguiente renumeración económica, aplicando el absolutismo que puede dar una mayoría de la que no me gusta ni siquiera el nombre, absoluta.
Por ello me viene a la memoria el descubrimiento que hizo una joven hembra de los macacos, cuando descubrió por casualidad, que las raíces con las que se alimentaba, era mucho más fácil, lavarlas en el agua del mar, que limpiarlas con las manos, tal y como lo habían hecho sus predecesores durante cientos de años, imitándose este hecho, a partir de entonces por todos los miembros de su especie. Para colmo, encima las raíces estaban más ricas al salinizarse con el agua del mar.
Necesitamos una política municipal que nos facilite la vida, que nos la haga más salá, que tenga en cuenta la Participación Ciudadana, que crea en los foros y en los debates, que crea en la sociedad civil y en las gentes de la calle. Una política que entienda que la democracia representativa, con tan solo pedir el voto cada cuatro años, castiga o premia el futuro, pero no castiga, al mal gestor, ni mucho menos premia a quien ha cumplido con su deber.
Es necesario unir, ahora más que nunca, la democracia directa, aquella en la que se toman decisiones vinculantes después de debatirlas, con la democracia representativa, haciendo democracia participativa. Reinventemos entre todos la política, vamos a eliminar de una vez por todas a las asociaciones "inciviles", vamos a apartar de nuestro camino, a las instituciones "absolutas" y vamos a abrir una ventana a la participación, que nos haga la vida más fácil. Porqué ahora más que nunca, necesitamos una hembra macaco.
