27 de julio de 2011

Forensito de mi vida



Tú eres niño como yo, por eso te citan tanto, y te crean confusión, tuya es, mía no.

El trabajo personal realizado, las habilidades adquiridas con la experiencia, el entorno social en el que te desarrollas y el conocimiento aprendido con tus estudios o lecturas, marcan a menudo y casi sin darte cuenta la forma o manera de ejercitar un determinado puesto de trabajo o si se diese el caso, la forma o manera de ocupar un cargo con responsabilidad política.

Esto me lleva a pensar, que en las labores de gobierno de un municipio, Diputación o Comunidad Autónoma, si se ha pensado en un medico para dirigir tales instituciones, ha de ser un medico que sepa recetar medidas para la prevención de los males, que sepa aconsejar sobre la mejor alimentación que podemos llevar y que al mismo tiempo nos aconseje que el deporte, la cultura y el turismo son elementos indispensables, para tener una vida sana, donde el ejercicio y el trabajo se compatibilicen y se concilien con las horas del trabajo.

No me gustaría que estas instituciones, fuesen dirigidas por un medico con obsesión de forense, que no supiera hacer nada más, que desentrañar el pasado, indagar en las vísceras de los demás, retorcer en lo que ya no tiene solución, dedicando fondos de la institución para la satisfacción y el uso político de unas conclusiones que en nada van a modificar o mejorar la vida de los ciudadanos.

Corresponde a los grupos de la oposición, controlar y fiscalizar las tareas económicas y políticas de las instituciones; la oposición del momento es la encargada de supervisar que todo el trabajo que se está desarrollando en ese instante, es el que se puede permitir el gobierno, si algún grupo político no ha echo bien su trabajo de control, no es el momento ahora de hacer el trabajo de oposición que antes no supo hacerlo.

Para un gobierno en ejercicio, es el momento de crear ilusión, de pensar en el futuro, de crear empleo, de resolver los problemas de los ciudadanos, de pagar a los proveedores, de hacer unas fiestas dignas para su comunidad de vecinos; en definitiva han sido elegidos para crear progreso y dejar que la oposición haga su trabajo, que no es otro que detectar a tiempo los errores que cometan.

Por eso te citan tanto y te crean confusión, tuya es, mía no...¡Forensito de mi vida!

14 de julio de 2011

Eso tampoco sabes hacerlo


Pizca más o menos, cuando bebemos un trago de agua estamos tragando cien mililitros del liquido, sin embargo en estos momentos, cuando el calor aprieta y el ansia por saciar nuestra sed se hace mucho más angustiosa, solemos tragar más de  golpe y esto se convierte en algo muy peligroso, ya que nos puede causar un corte de digestión, que nos paralice el estomago y hasta el cerebro. Aunque hay personas que están más preparadas que otras para tragar, no deben abusar de esta facultad de su cuerpo, pues con el tiempo los excesos se pagan, aconsejo pues beber como los Ruiseñores, traguitos muy pequeños y mezclados con cantos y alegrías.

Hablando de Ruiseñores, me vienen a la cabeza todas estas personas que de forma acertada y por la Concejalía de Turismo, son paseadas por el autobús del castillo, durante los sábados y domingos para poder contemplar nuestra fortaleza, motivo de orgullo para muchos Jumillanos; Sin embargo ese orgullo Jumillano, se me viene encima, cuando los martes, día de mercado por tradición  centenaria en Jumilla, mis vecinas también, del cuarto Distrito o del barrio de San Juan, tiene que ir cargadas con las compras, con un calor desesperante, carretera de Yecla arriba, recorriendo más de dos kilómetros andando, porque desde hace más de dos meses, el autobús urbano no funciona. Los tragos de estas vecinas, no pueden ser los mismos que los tragos de los ruiseñores del castillo

Que un autobús urbano, al fin y al cabo un vehiculo mecánico se estropee, entra dentro de los cálculos y tardará en arreglarse más o menos tiempo, según la capacidad del gobernante para mandar repararlo; Lo que ya no entra dentro de los calculos de un buen gestor del parque móvil del Ayuntamiento, es tener un autobús, pagándose y con el seguro en vigor, guardado en las reales cocheras, y reservado al uso exclusivo de unos pocos en sábados y Domingos y mientras tanto los vecinos de las zonas alejadas de nuestro pueblo, y que se trasladan en la mayoría de los casos por necesidad, no tengan este servicio prestado de momento por el autobús que sí funciona.

En mi casa, cuando se funde la bombilla de la alacena, como solo hay una y para no dejarla a oscuras, quito una bombilla del comedor, que para eso tiene cinco y lo soluciono hasta que compro una bombilla nueva, y entonces todo vuelve a la normalidad. Son soluciones que cualquier ciudadano sabe tomar, menos nuestro alcalde, y esto me da mucha pena, porque me recuerda a aquella pareja de recién casados, que después de pasar su primera noche juntos, ella le dijo a él: Enrique, ¿me haces un café? ¿o eso tampoco sabes hacerlo?

5 de julio de 2011

El Alcalde en pantalón corto

La minifalda se ha convertido en una prenda insustituible en el armario de las mujeres, aceptada por todas, por su comodidad, su frescura y a la vez por esa elegancia que marca y distingue, a quienes tienen seguridad en si mismas y en sus posiblidades, de aquellas personas que prefieren mantener los cánones de la moda en los tiempos ancestrales. Al tiempo, el rigor de los calores estivales pide a gritos el uso de pantalón corto, en uniformes y vestuarios, en el trabajo y en el descanso, en el bar y en la oficina, en la calle y en el salón, y todo sin distinción de genero, ni de clases.

La prohibición por parte de algunas autoridades y empresarios, del uso del pantalón corto, en determinadas circunstancias, a abierto un debate veraniego que a pesar del calor no está exento de frialdad en los razonamientos; el debate sitúa por un lado a los partidarios de permitir su uso, de la misma manera y ocasión en las que está permitido el uso de la minifalda y en el lado opuesto a los partidarios de exigir el pantalón largo, porque piensan que el trabajo y la concentración se encuentra en el largo de los pantalones.

Yo soy partidario del uso de la minifalda, pues aquellas personas que la usan me trasmiten confianza en si mismas, son mujeres apasionadas por vivir, por mostrar aquello que más valoro en el ser humano, que no es otra cosa que tener valentía; Por ello me posiciono también a favor del uso del pantalón corto, de forma abierta y en todos los casos que se permita el uso de la minifalda, pues me posiciono así de esta manera al lado de la igualdad de genero, al lado del entendimiento y la no discriminación, de valorar lo que se hace y lo que se cumple, sin tener nunca en cuenta el largo de la falda y mucho menos el del pantalón. Me gustaría que en el próximo desfile o procesión, las concejalas llevaran minifalda y el Alcalde pantalón corto